El cáncer tiene cura
Entrevista al Dr. Javier Herráez
Entrevistamos al Dr. Javier Herráez,
médico responsable de oncología en diversos
hospitales. En 2005 decidió abandonar la
oncología que se centra exclusivamente en la
quimioterapia. Es acupuntor y médico naturista,
autor de artículos científicos, conferenciante y
difusor de la medicina integrativa. Su libro El
cáncer tiene cura, es de distribución gratuita (ver
enlace) y resume con claridad su experiencia. Con
gran valentía y amor a la medicina, este doctor de
gran corazón nos permite vislumbrar una medicina
más humana.
¿Qué es la medicina integrativa y
holística?
Son dos cosas diferentes. En las culturas
tradicionales, la salud es un estado armónico entre
cuerpo, mente y espíritu. Prevenir holísticamente
no es tomar medidas concretas, sino atender estos
tres niveles integradamente, adoptando un nuevo
modo de vida, y conseguir la armonía con el medio
(natural y social) y con nosotros mismos.
Sin embargo, medicina integrativa es un
término nuevo que se refiere a una cosa que aún
no existe: que los pacientes tengan una medicina
que integre tanto lo necesario de la medicina
tecnocrática como lo necesario de las medicinas
holísticas y descarte lo que no vale de cualquiera
de ellas.
¿Podríamos, como dice en su libro,
“unificar la comprensión”?
Sí, cuando cambiemos los humanos
individualmente y dejemos de identificarnos con
nuestro ego.
Usted lleva años especializado en tratar
la enfermedad del cáncer.
¿A qué se refiere con
“la sanación está en el cambio”?
Me refiero al cambio individual de todos:
convencionales y alternativos. Después de esto
tendrá que venir el cambio de sistema económico
social. Mientras estemos en un sistema donde la
medicina ha acabado siendo parte de un negocio,
en el que la mayoría de los médicos no saben que
están siendo manipulados, el poder de la medicina
(no los médicos) luchará hasta el último momento
para frenar la expansión de las medicinas
tradicionales y no tan tradicionales, como las
medicinas bioenergética y ortomolecular, por
ejemplo. El inicio del cambio pasará por que, en
España, por ejemplo, no acaben prohibiendo
(mediante medidas administrativo-políticas y
evitando su desarrollo científico por impedimento
económico y manipulación mediática) la
homeopatía.
¿Es realmente la enfermedad un tiempo
de regalo para sanarnos? ¿No es
contradictorio decir que la enfermedad es
sanación?
La mal llamada enfermedad es un proceso
biológico con causas psicosomáticas conocidas y
evoluciones previsibles y con un sentido biológico.
De conocerse esto, la sanación sería más fácil
(pero necesita una medicina integrativa apoyada
por los hospitales) y la prevención sería un hecho.
Cuando se supera la enfermedad, el individuo
queda fortalecido física y psíquicamente. Eso es
sanación (no solo curación). La enfermedad es el
mecanismo biológico de sanación del que
disponemos todos los seres vivos. Esto no
significa que todos se vayan a “curar”, y cada vez
más se están añadiendo otras enfermedades más
difíciles de tratar con este afrontamiento biológico
y cuerpo-mente: estas son las intoxicaciones
debidas a la contaminación física, química,
radiológica, electromagnética y también, muy
importante, la mental, a la que nos dejamos
someter unos por otros.
¿Por qué cree que “el desarrollo
personal es parte de la medicina del futuro”?
Porque es la única forma de que
recuperemos nuestro poder, el poder que da el
saber que en nuestros procesos tenemos mucho
que hacer nosotros mismos. Los remedios
externos son solo apoyos para intentar ayudar al
cuerpo físico (incluso energético) a recuperarse,
pero si la fuerza vital no está en uno mismo, no
sirven por sí solos para curar. Por eso, entre
diferentes pacientes con la misma enfermedad,
unos se curan y otros no, y unos mueren sanados y
otros mueren sufriendo
Nos ha encantado el “Decálogo de
médicos que quieren un cambio”. ¿Cómo se
inspiró para escribirlo?
El decálogo lo escribí por mi propia
experiencia, lo que viví hasta que me fui de lo
convencional, porque se nos estimula de unas u
otras maneras (la peor, nuestro miedo) a hacer lo
que no queremos hacer y a hacer lo que otros
quieren que hagamos.
Decálogo de los nuevos médicos:
1.- Comience a usar el sentido común
como primera herramienta.
2.- Destierre el miedo; si usted actúa para
ayudar a los pacientes, no debería tenerlo. La
denuncia injustificada, la pérdida de prestigio o la
amenaza física deben ser evitadas por nuestros
gestores, no por nosotros. El principal antídoto es
tener la conciencia tranquila.
3.- Use "sólo" medicamentos de
reconocida experiencia, que se lleven usando
décadas, no use los nuevos hasta que no estén
contrastados.
4.- Use el menor número de medicamentos
posible. Los más baratos y efectivos.
5.- Estudie en fuentes de alta seguridad
científica, cuanto más reconocidas, mejor. A ser
posible, libros.
6.- No acepte de los laboratorios ningún
bien material. Atienda a los representantes sólo
fuera de su jornada de trabajo.
7.- Prohibamos la publicidad farmacéutica
en "medios" y revistas médicas.
8.- Luchemos por tener media hora para
atender a un paciente.
9.- Pidamos tener psicoterapeutas en
todos los centros médicos, y también trabajadores
sociales y secretarios para hacer los innumerables
papeles que hacemos cada día, robándoles
tiempo a los pacientes. Nos han "endosado" todo
ese trabajo burocrático que no es nuestro.
10.- En definitiva: luchemos para ser de
nuevo médicos, aquello en lo que soñábamos
cuando comenzamos a estudiar.
¿Por qué no le gusta la expresión “medicina alternativa”?
Porque las medicinas tradicionales,
naturales y nuevas medicinas holísticas no son la
alternativa de nada. No se trata de quitar una para
poner una alternativa. Este término es separador y
está ideado para crear rechazo en los oficialistas.
Alternativo significa alterno, variable, rotatorio.
Según el diccionario de la RAE: “1. Que se dice,
hace o sucede con alternación. 2. Capaz de
alternar con función igual o semejante. 3. En
actividades de cualquier género, especialmente
culturales, que se contrapone a los modelos
oficiales comúnmente aceptados”.
Como ves, en la definición termina diciendo
“comúnmente aceptados”, y nosotros creemos
que esta aceptación no es tan común, parece más
una imposición del poder (académico, mediático y
económico) que no una aceptación consensuada.
Y como he dicho antes, no creo que la medicina
sea mala, pero sí tiene cosas que hay que cambiar
si queremos que vuelva a estar al servicio solo del
paciente y no de otros intereses. Por eso hablamos
de “integración”, pero no de las medicinas
naturales y holísticas en la oficial, sino de ambas
entre sí en igualdad de condiciones. Y ello requiere
que tanto unos como otros deberían estudiar todos
los conocimientos existentes actualmente en
medicina, no solo los que se dan en las
universidades oficialistas, pero tampoco solo los
incompletos estudios de las naturales, que se dan
con medios privados insuficientes.
En pocas palabras, ¿cuál es el problema
con la quimioterapia?
Que no cura, y condena al paciente a un
sufrimiento físico y moral que es indigno, y
finalmente a un tratamiento paliativo “de sus
efectos secundarios” que evita poder tener una
muerte consciente y también digna. Es lo
considerado menos malo, pero es solo creído, no
hay estudios científicos concluyentes que
comparen pacientes con quimioterapia frente a
pacientes sin quimioterapia y con otros apoyos. Se
instauró empíricamente, y no estoy de acuerdo
con los razonamientos que la justifican, pues no
me parecen científicos. En algunas circunstancias
y dentro de una medicina integrada, sí podría
llegar a ser útil, cuando vaya a producir con cierta
seguridad respuestas importantes que le puedan
salvar la vida temporalmente a una persona que
quiera ponérsela, pero serán las menos en un
futuro, aunque no las descarto.
¿Existe la posibilidad en la medicina
hospitalaria de que el oncólogo ejerza objeción
de conciencia y no la recete?
Ni idea. Nunca he oído hablar de ella. Pero
el problema no es ese, es la creencia de la mayoría
de los médicos del sistema en que es lo que se
debe hacer, aunque se sabe que una mayoría de
los médicos no se la pondrían a ellos mismos:
http://www.naturalnews.com/036054_chemothera
py_physicians_toxicity.html
¿Qué otros tratamientos existen? ¿Son
científicos?
Defíname la palabra “científico”. A un
compañero le intentaron acusar, y en el juicio, su
defensa fue esa. El juez, al final, le dio la razón.
Identificamos muy a la ligera ciencia actual con
verdad, y en eso no estoy de acuerdo. Yo no soy
científico, soy médico.
¿Cuáles han sido su mejor y su peor
experiencia como oncólogo?
La mejor es cuando se sana una persona
(se cure o no) entendiendo su enfermedad y se
consigue que el paciente tenga una calidad de vida
digna, que pueda pensar y decidir en todo
momento, que sea respetado, y cuidado si hiciera
falta, por sus familiares y médicos, pero
permaneciendo en su ambiente familiar y social el
máximo tiempo posible. Pero, sobre todo, cuando
se curan. Son pocos en mi experiencia, pero
cuando eso ocurre, son pacientes excepcionales
que han tenido que ir contra viento y marea, pero
que al final les ha merecido la pena. Muchos son
finalmente el resto de su vida profetas anónimos.
Y la peor es cuando les veo en una cama
desconectados cerebralmente con gran
confusión, con incapacidad para comunicarse con
sus seres queridos, también sufrientes de
impotencia y no entendimiento. También es una
mala experiencia cuando el paciente curado
quiere explicárselo de buena fe a su oncólogo y
este, por disonancia cognitiva, no tiene
receptividad, aunque solo sea “científica”, para
conocer qué ha pasado. O cuando les dicen: “Si no se pone la
quimio, no hace falta que vuelva por esta consulta”, como le ha
pasado a una persona muy cercana recientemente, porque les
dejan desasistidos de la seguridad de tener un médico con
poder hospitalario para el momento que lo necesiten, y con la
sensación de que, como no son sumisos, no se merecen el
trato. Aunque generalmente, los pocos que hacen esto son los
que no saben oncología, son solo quimioterapeutas de
protocolo.
Usted propone, además de cultivar un carácter
armónico y ético, practicar la meditación, el taichi, el yoga,
etc. ¿Cree también que las visualizaciones pueden ayudar?
Las visualizaciones y la relajación son una herramienta
para empezar, pero lo ideal es meditar diariamente, y eso
cuesta al principio. El taichi y el yoga como se practican en
Occidente son gimnasias algo energéticas que se deben
integrar en un modo de vida. No obstante, por sí solas pueden
ayudar algo a armonizarse o a mejorar la energía. Todas estas
prácticas las recomiendo a la gente en general. En Oriente, sí
son complementos de ayuda en las terapias, pero aquí no
sabemos hacerlo ni indicarlo para enfermos del todo. He
comprendido que todo lo que es crecimiento personal y cuidado
energético y espiritual sirve principalmente en el que ya lo
conocía previamente. Instaurar estas costumbres en pacientes
sin experiencia requeriría que el sistema lo apoyara y
compaginara con la atención técnica necesaria. De lo contrario,
solo tienen, en estos pacientes, efectos paliativos suaves.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Dar cursos enfocados a la medicina preventiva (es decir,
no a enfermos ya desesperanzados) de psicosomática y
crecimiento personal.
Como intención, tengo especializarme en medicina
psicobiológica según la escuela de Fernando Callejón
http://www.aamepsi.com.ar/, un médico que, por lo visto, sí está
pudiendo hacer algo de medicina verdaderamente integrativa
con la convencional.
http://javierherraez.wordpress.com
Entrevista en vídeo y libro gratis en pdf:
http://timefortruth.es/2013/09/22/el-cancer-tiene-cura
Fuente: http://www.revista-esfinge.com/